El 8 de mayo de 2012, el liceo francés de La Habana recibió el nombre de uno de los más grandes escritores cubanos: Alejo Carpentier. La ceremonia fue presidida por la Sra. Anne-Marie Descôtes (Directora de la Agencia Francesa para la Educación en el Extranjero) y por el Sr. Jean Mendelson (Embajador de Francia en Cuba).
Alejo Carpentier nació de padre francés, arquitecto, y de madre rusa, profesora de idiomas. Durante mucho tiempo se pensó que nació en La Habana, donde su familia se estableció poco después de su nacimiento.
La vida de este escritor es en sí misma, un puente cultural entre Francia y Cuba. Tenía 12 años cuando su familia se muda a París, y comienza a estudiar musicología. Cuando regresa a Cuba, Alejo Carpentier se inscribe en la carrera de arquitectura, que no llega a culminar. Se dedica al periodismo, pero su compromiso con los movimientos de izquierda le valió una estancia en la cárcel (1928), bajo la presidencia de Gerardo Machado, antes de obligarle a exiliarse en Francia. Allí conoció a los surrealistas, incluyendo a André Breton, Paul Éluard, Louis Aragon, Jacques Prévert y Antonin Artaud. Durante esta estancia en Francia, hizo varios viajes a España donde desarrolló una fascinación por el Barroco.
A su regreso a Cuba en 1939, continuó su trayectoria como periodista y columnista de radio. En esta época despierta su interés por la cultura afro-cubana. El año 1943, la estancia en Haití marcará la vida de Carpentier. En 1945 se traslada a Caracas (Venezuela) donde vive hasta 1959. Tras del triunfo de la revolución cubana regresa a La Habana. En 1966 es nombrado Consejero de la Embajada cubana en Francia, donde residirá hasta su fallecimiento.
Alejo Carpentier es un escritor muy conocido por su estilo barroco y su teoría de lo real maravilloso. Entre sus obras más conocidas en Francia se encuentran El Siglo de las Luces (1962), La Guerra del Tiempo (1967), Concierto Barroco (1974). Su primera novela, Ecue-yamba-o! (1933), es de inspiración afro-cubana. En El reino de este mundo (1949), su primera gran novela, evoca el movimiento revolucionario haitiano. Es también en el prólogo de esta novela que describe su visión de lo real maravilloso, que los críticos identificarán con el Realismo Mágico.
Su estancia en Venezuela de 1945 a 1959 le inspiró claramente a describir el país sudamericano sin nombre donde tiene lugar la parte principal de su novela Los pasos perdidos (1953).
Su novela El Recurso del Método, publicada en 1974, es una de las grandes novelas de la literatura latinoamericana donde dibuja el típico retrato de un dictador. Fue adaptada para el cine por Miguel Littín en 1978 bajo el título El recurso del método (estrenado en Francia como ¡Viva el presidente! y Le recours de la méthode).
En 1975 se le concedió el Premio Mundial Cino del Duca. Fue galardonado con el Premio Cervantes en 1977 y el Prix Médicis en 1979.
Murió en París el 24 de abril de 1980. Su cuerpo es trasladado a Cuba, y enterrado en cementerio de Colón en La Habana. Su funeral se celebra el 28 de abril, en presencia del Presidente Fidel Castro.
El liceo francés de La Habana rinde así homenaje a este gran escritor y se enorgullece en perpetuar la importancia de su obra.